7 jun 2013

AGUA POTABLE

NACIONAL - AGUA POTABLE

Investigan relación entre el cloro y el cáncer, pero necesitan más evidencia

Investigaciones internacionales afirman que la exposición prolongada causa cáncer de colon y de recto

La utilización de cloro como desinfectante del agua potable implica beneficios incuestionables, pero las dosis actuales, más altas que las de antaño, suponen riesgos aún no cuantificados. Es por ello que  expertos recomiendan realizar estudios epidemiológicos en los años venideros para determinar su incidencia en el desarrollo de ciertos tipos de cáncer.
El interés científico por los trihalometanos, un subproducto de la desinfección del agua potable, es porque su presencia “fue lo que más cambió” de la vieja normativa de OSE a la vigente norma Unit 833:2008.
El cloroformo es el trihalometano más abundante y acostumbra a ser el principal subproducto de la desinfección encontrado en el agua clorada. La norma Unit establece una concentración máxima de 150 microgramos por litro para un consumo prolongado en el tiempo.
OSE echa hoy al proceso mucho más cloro de lo que acostumbraba hace décadas. “Se subió la tolerancia”, apuntó Eleuterio Umpiérrez, responsable de la Unidad de Análisis Ambiental de la Facultad de Química. Esta división realiza el monitoreo del agua potable a pedido de la Ursea desde el año 2004.
El experto expuso a El Observador que hay bibliografía internacional que afirma que el cloroformo tiene relación con la aparición de cáncer colorrectal. En EEUU los estándares se han reducido a 80 microgramos por litro. Un estudio realizado en Nueva Zelanda sobre el riesgo de cáncer colorrectal y efectos reproductivos concluyó que alrededor del 25% de estos efectos podían ser atribuibles a su exposición.
Un estudio de las facultades de Química, Medicina y Ciencias no encontró una vinculación directa entre la composición del agua potable y la incidencia de la enfermedad, pero sí encontró una correlación significativa con la ubicación geográfica. En determinados barrios de Montevideo se detectaron más de cáncer.  Para la investigación se sistematizó la información referida a las muestras de agua potable consumida por el 83% de la población de la capital  y los casos de enfermos, pero no se puedo saber si estos consumían de forma habitual el agua de esa zona u otra según sus movilizaciones diarias.
No obstante, el estudio epidemiológico fue realizado apenas se había producido el cambio en OSE. Es por eso que Umpiérrez estimó conveniente que se vuelva a reproducir en los próximos 10 o 20 años para analizar si la exposición a mayores valores de trihalometanos tiene directa incidencia con el desarrollo de cáncer como afirma la evidencia internacional.
La Unidad de Análisis Ambiental ha registrado solo desviaciones puntuales de los valores máximos permitidos desde 2004 pero la presión que se ejerce sobre las fuentes de agua dulce abre incógnitas sobre el futuro del agua potable dado que cada vez “es más difícil de que el agua (bruta) sea impoluta”. De ahí la necesidad de nuevos estudios y, a cortísimo plazo, una actualización de la normativa y optimización de los recursos en cada cuenca.
Y agregó: “El hecho puntual de que un día esa agua esté fuera de las especificaciones afecta un poquito la probabilidad (de sufrir cáncer) de una de cada 100.000 personas por haber estado expuesta 25 años de su vida a eso, consumiendo 2 litros de agua por día”, relató. 
Cloroformo y cía
Los trihalometanos se generan durante la desinfección del agua debido a la reacción del cloro con la materia orgánica con la que puede toparse a lo largo de la línea de distribución. Un ejemplo es el ecosistema microbiano conocido como biofilm que cubre las paredes de la cañería (al mismo estilo de la película resbaladiza que recubre un jarrón) y que, por sí mismo, contribuye a la aparición de enfermedades.
El problema es, según explicó Umpiérrez, que los valores de trihalometanos no son uniformes en toda la línea de distribución de agua. Es por eso que para combatir el biofilm se deja un remanente de cloro en la cañería. “No es lo mismo estar cerca de la potabilizadora o del punto donde se agrega cloro a estar en la última casa de la línea de distribución porque lo más seguro es que la última casa no tenga cloro. Se fue consumiendo en el camino”, manifestó. Si bien se puede pensar que sus habitantes están más protegidos de los trihalometanos, están desprotegidos de una contaminación –por ejemplo– por coliformes fecales que se entrometa en el último tramo del recorrido. O, incluso, algún problema de contaminación de su tanque de agua por falta de mantenimiento.

Un decreto desactualizado

Las muestras examinadas por la Facultad de Química para la Ursea corresponden todas a agua potable. En el área metropolitana se toman entre dos y seis muestras al año por localidad y se analizan más de 30 parámetros. A partir de este año, se añadió a la lista determinados plaguicidas y herbicidas. “Tenemos que adecuarnos a los tiempos modernos”, dijo Eleuterio Umpiérrez, responsable de la Unidad de Análisis Ambiental. En este sentido, el experto entendió que es necesario que se actualice el decreto vigente que data del año 1979. “Los pesticidas hoy están, mañana no están. Las legislaciones se tienen que adecuar de forma rápida”, indicó. Asimismo, abogó por tener un conocimiento exhaustivo de los productos químicos que se vierten en cada cuenca. 
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Ursea no difunde análisis de agua para evitar alarma

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Jerarca indicó que el manejo de la información es “delicado”

Desde 2004 la Unidad Reguladora de Servicios de Energía y Agua (Ursea) analiza la calidad del agua potable a nivel nacional, pero sus resultados no son públicos. “El manejo de esos datos puede generar alarma”, explicó su presidente Daniel Grief en un taller para periodistas, respecto a la información que le provee por convenio la Facultad de Química.
No obstante, Grief aclaró que los registros por fuera de la norma no significan de por sí una situación de contaminación sino que se trata de un “indicador de posible contaminación”. Y agregó: “Las normativas son muy conservadoras”. Éstas establecen parámetros que pueden afectar la salud si están presentes en el agua potable consumida a lo largo de períodos prolongados. “El manejo de esa información es delicado”, añadió.
Entre marzo de 2010 y febrero de 2011 –últimos datos sistematizados– se tomaron 544 muestras en 129 localidades del país. Los parámetros microbiológicos, el pH, la turbiedad y el cloro residual son los principales indicadores monitoreados.
En ese período se detectaron restos de tres agroquímicos en siete muestras de un total de 231. Fue el caso de cinco registros de atrazina (un herbicida), cuya concentración fue del 5% del valor máximo permitido (3 microgramos por litro), y de DDT (un pesticida) con un valor menor al 5% (el límite es 1 microgramo). En el verano de 2010 se había detectado un nivel de 1,4 microgramos de atrazina por litro en el río Santa Lucía.
El hallazgo más preocupante fue una concentración de 0,5 microgramos por litro de lindano, un pesticida que ha sido prohibido en varios países. El MVOTMA planteó su proscripción en 2009 pero aún no se tomó una resolución al respecto. El límite es de 2 microgramos por litro.
Respecto a las muestras microbiológicas (bacterias patógenas y cianobacterias), los análisis detectaron 25 muestras (de un total de 462) con resultados calificados como “no conformes” en 15 localidades del país. Todos fueron repetidos pero en tres localidades se volvió a obtener el mismo resultado. La Ursea notifica al Ministerio de Salud Pública y a la OSE cuando se registran estos incidentes.
La Ursea tiene la capacidad para sancionar a las empresas que regula, entre ellas OSE, pero a ésta no se le ha aplicado ninguna multa o apercibimiento. Grief reconoció que es complejo castigar a un organismo monopólico, por lo que se exige “es una respuesta, o planes de acción”.
El organismo recibe 60 denuncias por año relativas al servicio de OSE pero el vicepresidente Fernando Longo explicó que “básicamente” responden a problemas de facturación.

4 jun 2013

How the oceans can clean themselves: Boyan Slat at TEDxDelft



Un estudiante de ingenieria inventa un sistema para limpiar todo el plástico de los oceanos en cinco años

Los desechos de plástico están contaminando los mares y seguirán ahí durante siglos si no hacemos nada. Boyan Slatun joven holandés, ha combinado ecologismo, creatividad y tecnología para hacer frente a este problema de una manera efectiva con un concepto llamado Ocean Cleanup Array, que podría eliminar (según sus estimaciones) 7 millones de toneladas de residuos plásticos de los océanos del mundo al año; y gracias a atacar el problema desde la superficie, limpiando las enormes islas de este material que flotan en los mares.
Si Mahoma no va a la montaña, Boyan quiere ir a su encuentro para quitarle el chubasquero con un sistema de barreras flotantes en lugar de redes, que abarquen áreas mucho más grandes de agua y que pudieran ser enviadas a los lugares del mundo donde se concentra el plástico para su recogida y reciclaje, como si fuera un embudo-colador gigante.
El ángulo de los brazos obligaría al plástico a ir en la dirección de las plataformas, donde se separaría del pláncton, para posteriormente ser filtrado y almacenado para su reciclaje y venta, de tal manera que hiciera de todo el proceso un sistema rentable económicamente.
Según afirma el joven, su solución podría potencialmente ahorrar la vida a cientos de miles de animales acuáticos que mueren por los plásticos al año; y reducir los contaminantes (incluidos los PCB y el DDT) que se acumulan en la cadena alimentaria.También podría ahorrar millones de euros, tanto en los costes de limpieza, como en el turismo perdido o los daños a las embarcaciones marinas.
Sí, es sólo un concepto, quizá demasiado soñador para los tiempos que vivimos; pero también esconde un espíritu que nos hace ser optimistas con el potencial de nuestros jóvenes para atacar problemas que no pueden abarcar los mayores.
Este estudiante de primer año de Ingeniería Aeroespacial se pasó un verano entero analizando el tamaño y la cantidad de partículas de plástico en los parches de basura del océano. Su trabajo final ganó varios premios, incluyendo el de Mejor Diseño Técnico 2012 en la Universidad Tecnológica de Delft. Boyan continuó desarrollando su concepto durante el verano de 2012, y lo descubrió varios meses más tarde nada menos que en las charlas TEDxDelft 2012.
Luego creó la Fundación Cleanup Ocean, una organización sin ánimo de lucro que se encarga de la elaboración de sus tecnologías propuestas. Y muy pronto tendrá el primer prototipo operativo para mostrarselo a todos. Le deseamos toda la suerte del mundo en tan